lunes, 18 de enero de 2016

RETRATOS


STUDIO


Cuando recibes en el estudio un encargo y es un retrato siempre asaltan a la mente algunas de las obras maestras de la historia del Arte. Las primeras son a las que se les tiene un mayor apego, las más famosas y las otras ¡oh, mamma mia! un placer visual. Por ello esta entrada está dedicada a cada una de las que componen mi <haber> primero como persona y después como pintor.

Disfruta de esta selección de obras:

Leonardo di ser Piero da Vinci

Veamos, Empezamos con el hito de la pittura, el maestro Leonardo da Vinci. El pasado mes de agosto tuvimos el placer de asistir a una mostra de la Associazone Culturale Leonardo da Vinci, en Siracusa (Sicilia) que tenía por nombre "Arte & Progetti". Siempre es un placer visitar cualquier espacio donde se expongan sus tesoros pero hacerlo en el corazón blanco de la Sicilia ¡es otra dimensión!. En las grandes urbes de toda Italia podéis encontrar espacios así, que con especial mimo presentan orgullosos su genialidad. Hemos elegido a La Gioconda por ser la pieza que Leonardo llevó siempre consigo. Y desde luego por concentrar la mayor producción de obras escritas  e interpretativas de la Historia del Arte. Libros de todo tipo han alimentado el aura de misticismo que el cuadro contenía. Hasta que en el Museo del Prado se constata la aparición de una copia, coetánea a la italiana que por fin responde a tantas preguntas. Tres elementos más hacen de ella una obra maestra; su sonrisa enigmática,  tratarse de una de las escasas pinturas que se conservan de da Vinci y su técnica innovadora denominada "sfumato".


La primera es la obra original Retrato de Lisa Gherardini por Leonardo di ser Piero da Vinci, 1503-1506en óleo sobre tabla , 0,77 - 0,53 m. (Museo del  Louvre, París). La segunda  es una copia anónima  creada  el taller de Leonardo entre 1903-1919, que podéis encontrar en el Museo del Prado, Madrid.
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El siguiente paso decisivo es elegir adecuadamente la forma del soporte, redondo, ovalado, cuadrado o rectangular. Y antes mis ojos aparece el exquisito retrato ovalado de Lady Robert Manners por 

Allan Ramsay.

Lady Roberts Manners por Allen Ramsay, 1756, 76,3-61,6 m.
Galería Nacional de Escocia, Edimburgo.
Precisamente podemos engarzarlo con el anterior apartado por la apariencia etérea que ambas poseen. De una forma ovalada emerge la imagen suave y delicada de la mujer. También de forma muy elegante se nos describe el carácter de esta dama de la alta nobleza. Como quien recita un soneto podemos captar su energía. Y es que el padre de Allan fue poeta y esta poesía retratada le concedería una posición de mucho prestigio como pintor de su época. Se formó en Edimburgo, trabajó a las órdenes de Jorge III en Londres y viajó a Italia como otros tantos de su tiempo. Quedaría maravillado por las obras italianas, quizás éstas hablaban su mismo idioma lírico. 

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La petición que me hicieron fue la de utilizar colores inspirados en el impresionismo. El lenguaje del color que el ojo moderno ama, la fuerza de 

Vincent Van Gogh.


Autoretrato por Vincent Van Gogh, 1989.
Óleo sobre lienzo, 0,65-0,54 m.
Museo de Orsay, París.
Hemos hablado numerosas veces de Vincent Van Gogh y de sus obras. Pero en este caso hablaremos de su lenguaje visual. Por ejemplo aquí tenemos un auto-retrato contenido, casi inexpresivo que mantiene la mirada en un punto fijo casi en el espectador. Los colores son fríos y se manifiestan en antítesis; naranjas vs. azules. La textura del fondo revela turbulencias, movimiento, constricción.  Y es que, queridos, este retrato está fechado un año antes de su fallecimiento (1989) y fue pintado durante su ingreso voluntario en el Manicomio de Saint- Rémy. Contraste; quietud y movimiento para el final trágico de un genio. 

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Pero antes que Vincent hubo un pintor de pintores que supo captar la feminidad como ningún otro. Había que añadir a la lista el carmín seductor de 

Gustav Klimt.

Judit I por Gustav Klimt, 1901.
Óleo sobre lienzo, 0,84-0,42 m.
Österreichische Galerie, Viena.
En la primera entrada de este espacio hacíamos una clara alusión a Klimt, Il Carminio, el carmín de los labios y pómulos de sus féminas. Por lo tanto en nuestro A.D.N. está sus dibujos y pinturas. Su riqueza es tan inmensa que podemos encontrar guiños a la obra de Diego de Velázquez, como ocurre con el Retrato de Fritza Riedler (1906). Judit I es una asociación de muerte y sexualidad, de Eros y Tanatos, que tratarían otros personajes ilustres en toda Europa como Freud. Y por último también puedes escuchar el cuadro si buscas la Klytemnestra de Richard Strauss. 

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Lógicamente con todo en la cabeza no se puede pensar y menos dibujar. Pasados unos instantes, retomas el blog de dibujo, empiezas con un boceto y entonces; ella aparece. Es un proceso raro, donde no hay fronteras ni espacios. Encuentras lo que buscas si persistes en el trazado. En posteriores entradas mostraremos el aspecto final de la obra. 

Como siempre gracias a todos nuestros lectores por sus amables palabras. Este espacio es por y para todos vosotros.




IL CARMINIO



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